En el año 1966 Andrés Gimeno se proclamó campeón del mundo profesional. Ganó la final, en la pista central del Real Club de Tenis Barcelona 1899 a Rod Laver, el hombre del “segundo Grand Slam” – luego, ya en la era “open”, sumó el tercero, segundo propio- ante el entusiasmo de un público entregado y el desencanto del gran zurdo australiano a quien encontré en el vestuario, abatido, cariacontecido, brazos caídos…Aquel día de otoño de 1966 aprendí que ,en contra de lo que la mayoría creía, los profesionales auténticos, los que jugaban abiertamente por dinero, pagando impuestos, también competían seriamente con el ánimo de ganar. Aquello no eran meran exhibiciones. Esta final, concretamente, duró más de tres horas y consumió cinco “sets”.
Laver me dijo, entonces, algo que nunca olvidé: “El campeón de Wimbledon no es el mejor jugador del mundo. Tampoco lo es un “amateur” aunque, como yo, sea capaz de ganar los cuatro grandes en un mismo año. Para ser el mejor del mundo uno debe convertirse en profesional y jugar contra los auténticos maestros”. Al hombre del segundo –y, repito, más adelante, el tercer “Grand Slam”- le convenció Jack Kramer para que se convirtiera en profesional por una cifra que hoy parece ridícula, casi risible: un mínimo de 110.000 dólares USA por un periodo de tres años. Además de haber ganado Wimbledon en 1961, Laver había sido finalista en 1959 y 1960.
Cuando en 1955 Jack Kramer escribió un artículo titulado :”, Si…Yo he sido un “amateur” marrón” –cosa, que por otra parte, los buenos aficionados ya sabían- , todo empezó a cambiar muy en serio. Profesionales ya los hubo en los años veinte, con el mejor, Tilden, a la cabeza. Pero Kramer lo racionalizó todo. El italiano Pietrangeli acababa de confesar: “Puedo ganar 400 dólares a la semana, en un torneo, cobrando bajo mano, en tanto que por jugar la Copa Davis recibo…20 dólares”. Kramer creó su propia empresa, de ámbito familiar, con su esposa como vicepresidenta y su madre en calidad de tesorera y pronto tuvo a los mejores para sus “tournes” alrededor del mundo. Empezó con Bobby Riggs, el “hombre espectáculo” y fueron llegando Ted Schroeder, un chicano de 21 años, Pancho González, otro Pancho, de Guayaquil, el pequeño y patizambo Segura, Tony Trabert, el hombre –tipo “marine”- a quien Ava Gardner le complicó su época de “amateur”y los australianos Neale Fraser, Lewis Hoad, Rod Laver, Ken Rosewall…A final de los años cincuenta, el periódico australiano de mayor tirado, tituló a cinco columnas: “Kramer tiene la intención de comprar todo nuestro equipo de Copa Davis”.
Así, por lo bajo, Kramer había invertido ya unos 50 millones de dólares en su tenis profesional. Y fue cuando en 1960 vino a Europa a contratar a los mejores de este continente. Y entre ellos, estaban Kurt Nielsen, Robert Haillet y nuestro Andrés Gimeno. El Presidente de la Federación Española , Marqués de Cabanes, no pudo competir ni con las reglas, las exigencias ni, por supuesto, con el dinero que le ofrecía Kramer a un joven hijo de un profesor de tenis Y así fue como Gimeno no pudo jugar, durante los trece mejores años de su carrera, los tradicionales grandes torneos ni la Copa Davis. Y por eso únicamente hay en su palmarés, ya en la era “open” –después de 1968- 4 torneos ganados y 14 finales. Y entre esos torneos, Roland Garros de 1972, a punto de cumplir los 35 años. Sigue siendo el campeón de mayor edad en el torneo de París.
Me parece oportuno contar someramente todo lo anterior, porque los jóvenes de hoy no aciertan a comprender como se habla de un gran campeón cuando nos referimos a un jugador que tan solo tiene un grande en su palmarés. Y una final más, en Australia. Y su nombre apenas aparece en la historia de la Copa Davis. Hoy, con la referencia de un campeonísimo como Rafa Nadal no entienden la comparación.
Así, pues, aceptando que Andrés abrió la puerta del tenis español para posicionarse en el escaparate de los mejores, a nivel internacional, digamos ya que nuestro campeón pasa por momentos duros. Muy amargos. A nivel personal y económico. Y por eso la Federación Catalana le ha organizado un homenaje benéfico para el próximo día 22 de octubre en el Palau Blau Grana cedido, gentil y gratuitamente, por el FC Barcelona. Quieren colaborar todos: Rafa Nadal, David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López,Marcel Granollers, Tommy Robredo , Albert Montañés. Guillermo García, el capitán de la Davis , Albert Costa y también Emilio Sánchez Vicario, Sergi Bruguera y otros más que participarán en un “round robin” de “tie-breaks” y en un clinic con niños y niñas de las escuelas de tenis de los clubes que lo deseen. Habrá un desayuno VIP (coloquio) con Gimeno, el mismo día, a las 9 de la mañana, en el RCT Barcelona-1899 que Dios mediante tendré el honor de presentar moderar. Se ha creado también una” fila cero”, para todos aquellos que deseando colaborar no puedan asistir y se ha abierto una cuenta corriente en “La Caixa ”, con el título “Tots amb l´Ándreu”, con el número 2100 0848 08 0200258980.
Nos vemos…¡Ah! Y como estos días ha salido también a la luz la precaria situación de otro campeón, este de boxeo, Perico Fernández, algunos aficionados ya me ha dicho aquello de “…ya se sabe. Esta gente lo gana todo tan fácil que luego tiran el dinero y así les va!. No nos engañemos. Perico malbarató lo ganado con una vida…digamos demasiado alegre. Y lo comento porque él mismo lo ha confesado. De otro modo no lo haría. El caso de Gimeno es distinto. Hace muy poco tiempo ha perdido una hija después de una terrible enfermedad. Y, luego, la crisis se ha unido a una ruina inesperada y desgraciada que le ha llevado a perderlo todo.
“Tots amb l´Andreu”.