domingo, 11 de noviembre de 2012

La Constitución

1.978

Vamos a dejar la Constitución más antigua de Europa –que por cierto parece que son  la polaca y la catalana, con cierta afinidad inmotivada o desmedida con Catalunya por parte del españolismo más rancio y frustrado- y centrarnos en lo que para casi todos parece ser el pan nuestro de cada día…dánoslo cuando a “mi me interesa”. Hablemos de los Estados Unidos de América del Norte hoy en plena  vigencia por el torbellino presidencial.
Una Constitución – como La Santa Constitución nacida en Filadelfia el 17 de septiembre de 1887-parece que ser, en opinión de políticos ilustres y conspicuos o en tertulianos sabelotodo, que es un ejemplo  inmaculado, intocado y más inamovible que la Santa Biblia, el Corán o cualquier Karma de por esos mundos.
Veamos…Desde aquel lejano  17 de septiembre, la Constitución Americana ha sufrido 27 enmiendas –alguna muy primeriza-ejecutadas más o menos rápidamente –pero ejecutadas, y por lo tanto se modificó la Constitución- aunque parece ser que otra media docena de ellas llevan años y años discutiéndose sin llegar a un acuerdo. Pero a la que vamos: La Constitución se modificó a modo y manera de la mayoría ciudadana representada por sus sesudos senadores.
Aquí, en España se habla de la Constitución y.. .¡oh!... pecado, ¡que no se mueva una coma!. “Miri, senyora Camacho…La Constituciò es del poble i la va fer el poble!.” Pero ella no se entera.  “Senyors valencians. Molt bó l´arrós y les taronges. Pero l’eixida es per sortir No per fer un altre Montecarlo que ja ni ha un a Mónaco”.”Senyor Más. Catalunya vol  treball, pit y collons. No més paraules…”” Señores de Extremadura. Si les devolvemos todos los extremeños que, por otra parte ya son catalanes casi todos ellos, les crearemos un problema de mil pares de cojones”.  “Señores sevillanos –que tengo muchos amigos, muchos- viva la Feria de Abril…la de Allí y la de Aquí Pero me encantará ver un día bailar sardanas en el Parque de María Luisa. El “pa amb tomaquet, por suerte para ustedes ya lo han descubierto. ¡Y lo que han tardado!”
En Fin, Rajoy y todos los demás, señoras y señores, incluido el Tribunal Constitucional, durante tanto tiempo irregular, parcial y arbitrario: la Constitución, como lo demuestran los hechos y como lo acaban de decir ustedes ahora, se puede –y se debe-  cambiar, racionalmente. Pero para algo más que para que una unión entre gays y lesbianas se llame matrimonio. Para algo tan simple como que Catalunya y España, por ejemplo, además de protocolariamente, separadas o no pueden, seguir estando unidas por lazos de sangre e historia. ¿Les cuesta tanto entender esto?
Pensemos en algo muy fácil y lo comprenderemos. Es mucho  más  útil acercarnos a los otros que hacer que los otros se acerquen a nosotros. Históricamente,  la gloria  de unos pocos ha sido pensar, hablar, actuar y escribir bien. Lo penoso es que el deleite de la mayoría es no haber hecho nada.
Y en esta guerra absurda en la que hemos entrado –o nos han metido- recordemos solo una cosa. Una mentira – y se dicen muchas-nunca vive hasta hacerse vieja.