Veamos, Mourinho…Repasa la Historia. Un estudioso como tú debe saberlo todo. El Barça está considerado el Campeón del Mundo de Clubs, porque así lo entienden los estamentos deportivos, con la FIFA a la cabeza. Se estableció una competición, con los campeones de todos los continentes con la idea de que el vencedor se convirtiera en el mejor club del mundo, con el honor de lucir en el pecho, durante todo un año, el escudo que así le identifica. Y punto. Que a ti te parezca más importante ganarle al Mirandés, al Alcorcón –caso de que se pueda- o a la Cultural, es tu problema. Pero esto no va más allá de tu casa de la Moraleja.
Es bueno que sepas que todo comenzó en esa Inglaterra que tanto quieres. Fue un lunes, 13 de diciembre de…¡1954!. Por entonces mandaba el fútbol húngaro, con un Honved de ensueño que alineaba a estrellas como Kocsis, Puskas, Czibor, Budai,etc. etc. Los ingleses del Wolverhampton invitaron a aquel Honved a jugar un amistoso en su estadio Molineux , en la capital de la quincallería, cercana a Birmingham. En el descanso ganaban los húngaros por 2-0- Al final, los “lobos” le habían dado la vuelta al marcador y vencieron por 3-2. A la mañana siguiente el Daily Mail, tituló, en primera página: “Hail, Wolves Champions of the world”, algo así como “Sombrerazo, Wolves campeones del mundo”. Se basaban en esta victoria ante el Honved y en una anterior, unos días antes, 4-0, frente al Spartak de Moscú, otro de los grandes del momento. Dos amistosos programados en las islas.
El miércoles, 15 de diciembre, Gabriel Hanot, enviado especial de L´ Equipe a esos dos encuentros en suelo inglés, respondió con este titular: “No…A pesar de sus dos victorias contra el Spartak y el Honved, el Wolverhampton no es, todavía, campeón del mundo de clubs”. Y aprovechó para relanzar la idea de un Campeonato de Europa de Clubs al que en el mismo rotativo ya se habían referido tiempo atrás. “Será una competición –decían- más nueva y más original que la que ya existe de un Campeonato de Europa de equipos nacionales”.
Añadía, Hanot, que “los ingleses, en plena forma a mitad de su temporada, 21 partidos jugados de 42 a disputar, ganaron sobre su barro los dos partidos contra los dos equipos del Este. Pero no se embalen. Puede marearles el vértigo de la velocidad. A fin de cuentas las dos victorias han sido en casa y no han jugado la vuelta en Hungria. Ni siquiera en un terreno neutral. Por lo tanto, para proclamar la imbatibilidad del Wolverhampton haría falta jugar en Moscú y en Budapest”. Y, además, hacía hincapié en que” el árbitro local, míster Leafe, castigó con un penalti imaginario, a los 5 minutos de la segunda parte, al defensa húngaro Kovacs. Por ello insisto en la idea de un Campeonato del mundo, o al menos, de Europa, de clubs de valor internacional. Sería un torneo más amplio, más expresivo, menos episódico, que la simple ruta de la Europa Central”. Y terminaba el prestigioso periodista francés: “nosotros nos aventuramos a lanzar esta idea de un Campeonato internacional de clubes”.
El 16 de diciembre de 1954 el Jefe de rúbrica de “L’Equipe”, bendecía la idea de su compañero Hanot y presentaba la idea de un proyecto de” campeonato europeo interclubs, un representante por cada federación, partidos de ida y vuelta, entre semana y por la noche, con el eventual patrocinio de la Televisión Internacional”.
Y así nació la Copa de Europa –hoy, Champions- con adhesión inmediata de los equipos alemanes, austriacos y belgas. División de opiniones en Suiza…y en España. En Barcelona, todo fueron suspicacias, incertidumbre y reservas, en boca del presidente de la Federación Catalana, Agustín Pujol y del presidente del FC Barcelona, Francisco Miró Sans, así como del periódico “El Mundo Deportivo” que opinaba que “un competición de estas características tan solo sería posible como un torneo de verano”. En Madrid, sin embargo, el presidente de la Federación Española, Juan Touzon, en declaraciones a “L´Equipe” mostraba su entusiasmo por la iniciativa: “Este proyecto me place enormemente. Y también a mi amigo Santiago Bernabéu presidente del Real Madrid, con el que ya he hablado. España está dispuesta a recibir, en sus estadios capaces para 100.000 espectadores, a equipos de toda Europa…incluidos los de más allá del telón de acero”.
Con estas conclusiones, las votaciones para poner en pie la competición, se llevaron a cabo en la Redacción de “L´Equipe”. Los periodistas del rotativo parisino, emitieron su voto que iban depositando en una urna de cristal situada en el segundo piso de su sede social. En Febrero de 1955, se terminó el Reglamento para la primera Copa de Europa…en seis folios escritos a mano, consensuados por todo el equipo redaccional, bajo la dirección y supervisión de Jacques Ferran, con Gabriel Hanot, los auténticos padres del proyecto. El artículo primero señalaba que “dieciséis equipos, uno por país, serán invitados a participar”. “L’Equipe” envió una carta a los equipos preseleccionados. En España se había pensado en el Barcelona, pero vista la reacción más arriba señalada, fue el Real Madrid el escogido. El resultado, ya lo conocen todos: los cinco primeros títulos para el Real Madrid y un sexto en la edición número once. Luego transcurrieron 32 años (97-98) hasta la llegada del séptimo…Pero esta ya es otra historia. En el interín el Barça únicamente obtuvo el de 1991-92, en Wembley. Afortunadamente para el club catalán, el siglo XXI ha comenzado bajo su “Década Prodigiosa”.