viernes, 1 de marzo de 2013

Fútbol es Fútbol


    Llega  otro  Madrid-Barça. Llámenle como quieran. “Derby” –a mi no me gusta, porque es británico y “equino”- o “clásico”, que es la definición más socorrida pero  que si creemos a  Hemingway  y a Twain,   “clásico”  es  “ un  libro que todo el mundo admira…pero que nadie lee”. En este caso concreto no es así. Se trata de un partido ante el que el mundo entero se extasía…cada cual con sus preferencias ideológicas. Millones y millones de telespectadores –muchos de ellos, en según  que  lugares del planeta, a horas totalmente intempestivas- seguirán el partido, esta vez en el  Bernabéu y lo acabarán, con deleite, unos , y con disgusto, otros. Esto es fútbol.
                Y como esta vez se juega en Madrid, sin exonerar a ninguno de los dos bandos del grado de culpa que tuvieren en desavenencias…y desaguisados, me parece oportuno recordar aquellas palabras del inefable Ramón Mendoza quien, al presentar su candidatura a la reelección de presidente del Real Madrid dijo aquello de “…Si salgo reelegido voy a aplicar una línea muy dura hacia el exterior. No entraré en discusiones de patio de vecindad porque quiero que el Madrid siga siendo un club “señor”. Palabras sensatas, prudentes y ejemplares…si años más tarde no se hubiera puesto a saltar, en Barajas, junto a un grupo de exaltados hinchas, al grito de “Polaco el que no bote…!”  Ejemplo al  que,  si queremos ser ecuánimes, podríamos añadir algún otro de índole diversa y  negativo  protagonismo azulgrana, como ya he hecho en otras ocasiones. Pero este partido se juega en Madrid y de ahí que elija una referencia merengue.  Por cierto que también he dicho, repetidamente, que aquel comportamiento modélico de los responsables blancos, encabezados por Saporta y Bernabéu –con todo el soporte y complacencia que quieran de regímenes y/o documentales en blanco y negro- está muy lejos de ese proceder a que el inefable Mourinho ha llevado al equipo blanco de Florentino Pérez.  Dentro y fuera del terreno de juego.  Como por ejemplo aquella excusa pueril y perversa del señor Pérez para negar el escenario de la Castellana como escenario de la final de Copa del año pasado. Y añadan a ello que ahora, al parecer, les agradaría jugar la final enteramente madrileña…en el Camp Nou.  Huelgan comentarios.
                La Liga puede quedar resuelta en este encuentro. Una Liga  que algunos resaltan como inédita…  sin  recordar, por ejemplo, que en  enero de  1991, el Barça  ganó  en el Camp Nou (2-1, con aquel “inolvidable” gol de  Spasic en propia meta) y  llegó a distanciar al Real Madrid de 18 puntos. Los blancos cayeron en un tremendo bache, estuvieron hasta 6 jornadas sin saborear el triunfo y, en la tabla, rozaron los puestos de promoción. Y en la Copa de Europa el Dinamo de Moscú les eliminó (1-3) en el mismísimo  Bernabéu.
                Claro que, como contrapartida, una derrota azulgrana esta tarde y otra,  hipotética, al visitar el Calderón, podría añadir emoción a un título que, hoy por hoy, todo el mundo da como sentenciado.
                En cualquier caso, atentos  a si Maquiavelo tiene o no influencia en el partido de hoy. ¿Jugará Mourinho a “tirar” un título, menospreciando al rival y alineando a jugadores con los que no cuenta  o cuenta poco? ¿Será, por el contrario, el Barça el que juegue con medio equipo “B”, para demostrar que ya se ve campeón?  En una u otra opción,  sería un ejemplo desabrido, desagradable, para aficionados  de cualquiera de los dos  bandos. En todo caso, rotaciones razonables, que no descaradas, desconsideradas, pueden fundamentarse en los difíciles compromisos que a ambos les queda por cumplir en la Champions.
                En fin, como siempre digo, que gane el mejor. En buena lid y para que triunfe el fútbol y el deporte.  En el campo y en las gradas. Sin insultos y sin afrentas a ningún país. 
                Me dicen algunos que estoy pidiendo un imposible. Bueno… Al menos me queda la tranquilidad  de haberlo intentado. ¡Qué  bonito el día que el fútbol…sea solo fútbol! Fueros para otras cosas…”haberlos, haylos”.


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