Llega otro
Madrid-Barça. Llámenle como quieran. “Derby” –a mi no me gusta, porque
es británico y “equino”- o “clásico”, que es la definición más socorrida
pero que si creemos a Hemingway
y a Twain, “clásico” es “ un
libro que todo el mundo admira…pero que
nadie lee”. En este caso concreto no es así. Se trata de un partido ante el que
el mundo entero se extasía…cada cual con sus preferencias ideológicas. Millones
y millones de telespectadores –muchos de ellos, en según que
lugares del planeta, a horas totalmente intempestivas- seguirán el
partido, esta vez en el Bernabéu y lo
acabarán, con deleite, unos , y con disgusto, otros. Esto es fútbol.
Y
como esta vez se juega en Madrid, sin exonerar a ninguno de los dos bandos del
grado de culpa que tuvieren en desavenencias…y desaguisados, me parece oportuno
recordar aquellas palabras del inefable Ramón Mendoza quien, al presentar su
candidatura a la reelección de presidente del Real Madrid dijo aquello de “…Si
salgo reelegido voy a aplicar una línea muy dura hacia el exterior. No entraré
en discusiones de patio de vecindad porque quiero que el Madrid siga siendo un
club “señor”. Palabras sensatas, prudentes y ejemplares…si años más tarde no se
hubiera puesto a saltar, en Barajas, junto a un grupo de exaltados hinchas, al
grito de “Polaco el que no bote…!” Ejemplo
al que, si queremos ser ecuánimes, podríamos añadir
algún otro de índole diversa y negativo
protagonismo azulgrana, como ya he hecho en otras ocasiones. Pero este
partido se juega en Madrid y de ahí que elija una referencia merengue. Por cierto que también he dicho,
repetidamente, que aquel comportamiento modélico de los responsables blancos,
encabezados por Saporta y Bernabéu –con todo el soporte y complacencia que
quieran de regímenes y/o documentales en blanco y negro- está muy lejos de ese
proceder a que el inefable Mourinho ha llevado al equipo blanco de Florentino
Pérez. Dentro y fuera del terreno de
juego. Como por ejemplo aquella excusa
pueril y perversa del señor Pérez para negar el escenario de la Castellana como
escenario de la final de Copa del año pasado. Y añadan a ello que ahora, al
parecer, les agradaría jugar la final enteramente madrileña…en el Camp Nou. Huelgan comentarios.
La
Liga puede quedar resuelta en este encuentro. Una Liga que algunos resaltan como inédita… sin recordar, por ejemplo, que en enero de
1991, el Barça ganó en el Camp Nou (2-1, con aquel “inolvidable”
gol de Spasic en propia meta) y llegó a distanciar al Real Madrid de 18
puntos. Los blancos cayeron en un tremendo bache, estuvieron hasta 6 jornadas
sin saborear el triunfo y, en la tabla, rozaron los puestos de promoción. Y en
la Copa de Europa el Dinamo de Moscú les eliminó (1-3) en el mismísimo Bernabéu.
Claro
que, como contrapartida, una derrota azulgrana esta tarde y otra, hipotética, al visitar el Calderón, podría
añadir emoción a un título que, hoy por hoy, todo el mundo da como sentenciado.
En cualquier caso, atentos a si Maquiavelo tiene o no influencia en el
partido de hoy. ¿Jugará Mourinho a “tirar” un título, menospreciando al rival y
alineando a jugadores con los que no cuenta
o cuenta poco? ¿Será, por el contrario, el Barça el que juegue con medio
equipo “B”, para demostrar que ya se ve campeón? En una u otra opción, sería un ejemplo desabrido, desagradable,
para aficionados de cualquiera de los
dos bandos. En todo caso, rotaciones
razonables, que no descaradas, desconsideradas, pueden fundamentarse en los
difíciles compromisos que a ambos les queda por cumplir en la Champions.
En fin, como siempre digo, que
gane el mejor. En buena lid y para que triunfe el fútbol y el deporte. En el campo y en las gradas. Sin insultos y
sin afrentas a ningún país.
Me dicen algunos que estoy
pidiendo un imposible. Bueno… Al menos me queda la tranquilidad de haberlo intentado. ¡Qué bonito el día que el fútbol…sea solo fútbol!
Fueros para otras cosas…”haberlos, haylos”.
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario