jueves, 28 de noviembre de 2013

SAN MAMÉS: ¡ OJO, PELIGRO !





El Barça visita San Mamés –el nuevo-este domingo.   Está obligado a recuperarse del mal trago holandés en Champions, que, a la vez le permita  continuar liderando la clasificación de Liga, con cierta holgura. Y con toda confianza.
                Pero yo, después de lo vivido en el histórico y “viejo” campo bilbaíno no puedo dejar de preocuparme. De sentir cierto temor.  Los más jóvenes –“nacidos” en la era del Cruyfismo-recuerdan el tortazo del hoy presidente Villar a Johan, en el medio campo, sin balón y sin venir a cuento. Sin embargo eso no ha pasado de ser una anécdota trivial.
                Históricamente las más grandes figuras del Barça han caído gravemente lesionados contra el Athletic. En 1953 -1/4 de final de Copa-Arieta I, delantero centro, cruzó el campo en carrera para romperle la rodilla a Ladislao Kubala con un hachazo incalificable. “Laszy” mantenía el balón junto al banderín de córner y ningún defensa podía arrebatárselo. Arieta quiso” mostrar” el camino a sus defensas –incluido su hermano Arieta II-  y no se le ocurrió otra cosa que acabar con la carrera futbolística del mejor jugador del momento…mientras parte de la grada le gritaba “no queremos comunistas”. A Kubala,  que precisamente se había jugado la vida huyendo del comunismo.  La lesión –ligamentos y menisco-  condicionó el resto de la carrera de Kubala,  a partir de cuando pudo reaparecer, meses más tarde.  Mientras estaba caído en el suelo –entonces, recordemos, no se podía  sustituir un jugador- el masajista Angel  Mur le decía…”Vamos Laszi, que  es grave”. Y Kubala, que apenas podía tenerse  en pie se negaba a salir del campo, mientras con su  todavía precario español, repetía…”chicos me necesitan”.

En 1981 y en el mismo San Mamés,  Andoni Goicoetxea, en una jugada en la zona media del campo, absolutamente intrascendente,” cazó” la rodilla en la pierna de apoyo de Schuster, donde hace más daño, mientras el alemán intentaba controlar la pelota con la otra pierna.  Bernardo vio,  asimismo, como Kubala, condicionada la velocidad  para el resto de su  carrera deportiva.  Y se hizo célebre la frase de Schuster cuando dijo que “es la guerra. Es más difícil volver de San Mamés que de Corea”.
Dos años más tarde, concretamente el día en que Barcelona celebraba su Fiesta Mayor y esta vez en el Camp Nou, el tal Goicoetxea le partió salvajemente el tobillo a la gran figura del momento en el fútbol  mundial –que, ya saben, vestía de azulgrana, claro-Diego Armando Maradona. Desde aquel 24 de septiembre de 1983, en Francia siguen calificando a Goicoetxea de “carnicero”. Y el Times londinense, en un lamentable “ranking” de futbolistas  indeseables le calificó como “el más duro de la Historia”.




Por  todo eso y varias cosas más –como en la canción de Luis Aguilé -yo no voy a su casa esta Navidad, pero me cuesta mucho aceptar que San Mamés haya sido “la catedral” del  fútbol español. Así, como ejemplo único. Entiendo que desde 1913 haya sido la catedral de los bilbaínos. Catedrales hay muchas…Santiago, Burgos, Barcelona, Zaragoza, etc.etc. Pero mi catedral del fútbol, construida en 1922, ha sido el entrañable campo de las Corts. Donde, curiosamente, el primer gol se lo marcó en su propia meta el escocés Bivue  mientras, minutos  más tarde, era Paulino Alcántara quien inauguraba la cuenta azulgrana.
PICHICHI FUTBOLISTA NO EXISTIÓ
                Por cierto que hablando de primer gol, fue Rafael Moreno Aranzadi, nacido el 23 de mayo de 1892 quien lo marcó en el San Mamés que se acaba de derruir. Campo que se inauguraba el 21 de agosto de 1913, jugando el Athletic contra el  rival local, Racing de Irún.
                ¿Y quien fue Rafael Moreno Aranzadi?. Un chaval que desde muy jovencito ya quería jugar con los mayores y estos le llamaban “pichichi” que, por lo visto, era una manera de decirle, con cariño, renacuajo o enclenque. Y con los mayores –siendo todavía” enclenque” y con su tradicional pañuelo blanco, de cuatro nudos, en la cabeza-  inauguró el marcador de San Mamés y así ha pasado a la Historia, hasta el punto de que ese calificativo da lustre, cada  año, al máximo goleador de la Liga española.  Y que la estatua erigida  en su honor ha sido cita ineludible para quienes visitaban por vez primera San Mamés, obligados por la tradición, a rendirle pleitesía.
                En todo caso, acabo. Estos últimos años parece que las cosas han cambiado. Pero, por lo que pudiera ser….¡atento Neymar!.  Después de todo, la Historia es la ciencia de los hechos.


jueves, 26 de septiembre de 2013

Ken Rosewall: “El Maestro de Sydney"


Constato  que mi admirado David Ferrer dice que Federer y Nadal son los dos mejores tenistas de la Historia. Probablemente…Pero es muy difícil  comparar épocas, materiales, circunstancias, apoyos,  etc. etc. ¡Y formas de viajar! El mítico Bill Tilden, por ejemplo, tardaba días y más días de navegación para trasladarse a Australia. Y Fred Perry y los mosqueteros franceses. E incluso el barón alemán Von Cramm, del que se habla poco pero que tiene una larga historia, muy interesante.
                En número total de grandes torneos ganados,  cabe poca duda. Rafa y Roger están en la cumbre. Aunque insisto que en esto, al margen de su indudable clase y categoría, las facilidades de que gozan  hoy en día, también han  tenido su influencia. Y con ellos, es obligado citar a Pete Sampras, Jhon Mc Enroe, Jimmy Connors y yo diría que en el peldaño más alto, Bjorn Borg y el incomparable Rod Laver, el único capaz de componer el Gran Slam –como debe ser, en un solo año- en calidad de “amateur” primero y muchos años después, en el tenis Open.
                ¿Y cómo olvidarse del tenis ,hecho arte, de Manolo Santana e Ilie Nastase sin descuidar el justísimo reinado, sobre tierra batida, que en su momento disfrutaron  Manuel Orantes y Guillermo Vilas?.  ¿Y la ortodoxia de Andrés Gimeno, cuyo repertorio de golpes era una enciclopedia viva del tenis?
                ¡Ah…! ¿Qué les gustan los dobles?. Bueno, pues, séame permitida lo que algunos jóvenes de hoy pueden interpretar como una especie de “boutade”. En igualdad de condiciones, Bob Hewitt y Fred MCMillan, probablemente,  darían cuenta de los poderosísimos hermanos Bryan de hoy en día, en poco más de un santiamén.
                Pero yo siempre he pensado, desde que le vi jugar –y entrenar a España, en Australia- que la Historia no es justa con Ken Rosewall, calificado como “el pequeño maestro de Sydney”(nació en la capital de Nueva Gales del Sur, en 1934) poseedor, probablemente, del mejor revés de la historia del tenis.  Tan perfecto que deslumbraba a todos los observadores, jugadores, competidores, entrenadores y espectadores.
                Sin embargo, a revés tan perfecto no le acompañaba un servicio a modo. Sacaba con poca potencia y aunque la colocación era buena, no bastaba para ganar en Wimbledon, su asignatura pendiente. Handicap  tan evidente que ya su primer entrenador, su propio padre, le hizo variar este golpe  y pasarlo a su mano derecha. Ken era zurdo de naturaleza. Bueno…Un poco lo de Rafa Nadal que es diestro y resulta demoledor con su mano y brazo izquierdos.
                Rosewall no ha sido un prodigio atlético a pesar de que también le han  apodado “músculos”. Pero 1’70 m y 63 kilos, no daban para más.  Y por esta razón Ken no ganó nunca en Wimbledon, su asignatura pendiente. En 1954, le eliminó el checo Drobny. En 1956, su inseparable amigo Hoad.Y en 1970, otro compatriota, el joven de 23 años, John Newcombe.
                Debo decir que fue el “eterno capitán”, Jaime Bartrolí quien me transmitió “el veneno” Rosewall y me “obligaba” a ir a ver cuántos  partidos podíamos, tanto en su época profesional como ya en la “nueva era Open”. En diciembre de 1965 cuando España fue a jugar por vez primera la final de Copa Davis en  Sydne y,  Ken  habló con Bartrolí y se ofreció para asesorar, junto a nuestro entrenador y su amigo, Hoad, a Santana, Arilla, Gisbert y Couder sobre los “secretos” de la hierba, superficie,  si no desconocida, si que extraña para los nuestros. Algo hubo de enfado, hay que reconocerlo,  por parte de Rosewall , dado que el capitán australiano, el “brujo” Hopman, no le había pedido que les ayudara en aquella final, que jugaron, recordémoslo, Laver,  Stolle,  Newcombe y Roche.

Insisto en que el revés de Rosewall,  especialmente en el resto y en el “passing” a lo largo de las líneas, era de una pureza sin igual. Aprovechaba y reciclaba con ello el juego y la fuerza  del adversario. Su fuerza era también una concentración máxima en todo momento y en cada golpe. Nada ni nadie le apartaba de ello y esa calma le permitía colocar las bolas directas con una perfección absoluta.
                La carrera de “Músculos” ha sido larga y densa, si bien, probablemente, alcanzó la plenitud desde 1957 hasta 1967. Es decir, inmediatamente después de su carrera como profesional y en los comienzos de la autorización a los “pros” para participar en los grandes torneos, de manera especial en los “Grand Slam”. Fue así como pudo ganar el primer Roland Garros “open” en 1968, 16 años después de su primer éxito en ese escenario parisino, cuando consiguió  el doble junior junto  a Lewis Hoad. En Melbourne, también transcurrieron 19 años entre dos títulos y 14 años, en Forest Hills (hoy, Open USA  en Flushing). Y en su soñado Wimbledon, todavía fue finalista en 1974 –le ganó el joven Connors- es decir, 18 años más tarde  de perder su primera final.
                En las filas  profesionales, a las que se sumó en 1956, fue campeón del mundo en 1960 y 1965. ¿Palmarés?...¡Qué maravilla!. Número uno mundial en 1970, y número 2, los años 1953, 1955 y 1956. Ganó las Copa Davis –con Australia, naturalmente- los mismos años 53,55 y 56. En Roland Garros, campeón individual en 1953 y 1968 y finalista en 1969. Ganó el doble en 1953 (con Hoad) y en 1968 (con Stolle). En Forest Hills, campeón en 1956 y 1970 y finalista en 1955 y 1974. Campeón del doble en  1956, junto a Lewis Hoad. Y en Australia, ganó en 1953, 1955,1971 y 1972 y fue finalista en 1956. Y en cuanto al título de dobles  lo ganó en 1953 y 1956 (con Hoad) y en 1972 (formando pareja con Davidson).
                 Confio en haber podido transmitir un poco de la magia del “pequeño” maestro de Sydney. Un ¡GRANDE! DE TODOS LOS TIEMPOS.

                Si les parece, dentro de unos días podemos recordar a otro campeón  que asímismo merece, creo, una evocación especial. También nació en Sydney. También  el año 1934. Y muchos le conocieron como “el tornado rubio”. ¿No caen?...Si, si, Lew Hoad.


miércoles, 10 de julio de 2013

Compro,Vendo,Cambio...

Ha llegado ese momento del año en que  hay que fomentar y perseguir “la serpientes de verano”.  Los medios informativos, a lo largo del año especulan  acerca de a  quien  o  a quienes fichar. A  quien o a quienes dar de baja. Como a lo largo de la temporada aparecen “todos” los nombres,  luego resulta muy fácil aquello de “nosotros ya lo dijimos”.
                Pero la especulación es un lujo. Mientras que la acción es una necesidad. Y en el caso del Barça esta acción ya ha comenzado con la baja de Villa. Opiniones para todos los gustos. Son muchos los que piensan que “se ha regalado”. Y parte de razón tienen si recordamos todo lo ocurrido desde la marcha de Luisito Suárez. Salvo muy contadas ocasiones,  se ha vendido mal. Y  se ha comprado carísimo, excepción hecha de aquellos por los que se ha pagado una millonada pero que han dado un rendimiento extraordinario. En el otro lado de la balanza los que han costado millones y que ni siquiera han llegado a vestir la camiseta azulgrana. Que de estos hay más de uno…
La baja de Villa ha sido un acuerdo consensuado. Tito le iba a dar pocos minutos. Y el “Guaje” aspira –con razón- a jugar el Mundial de Brasil-14. Nadie puede olvidar que es el máximo goleador histórico de la Roja. Vender por menos de 2 millones con la posibilidad de llegar casi a 5 si se cumple algún requisito, parece, ciertamente, un regalo. Pero si se añaden los 11 millones de ficha que el Barça se ahorra, la operación, aun  siendo barata, ya suena  menos ridícula. Tito queda tranquilo y Villa va poder optar a su máximo deseo de futuro. Creo que todos pueden estar contentos. Incluido el Atlético que se lleva a precio de ganga un gran goleador, un profesional íntegro y un buen tipo. Por eso me suena mal cuando me cuentan que Villa ha dicho que en el Barça no “le han sabido valorar”. El club azulgrana pagó 40 millones para traerlo. Y ese club no es un entrenador, ni un secretario técnico, ni siquiera un presidente. Ese club lo componen miles y miles de socios y simpatizantes que en el Camp Nou han coreado su nombre desde lo más íntimo de su corazón.
                Pero sigue la cantinela mayor del reino: el central. Vilanova quiere a Thiago Silva. No un central: Thiago Silva .Día sí y día también aparecen nuevos nombres y se repiten la mayoría. Por eso me permito opinar desde la humildad: Silva, si., Un sucedáneo, no. Y Thiago es muy caro. El PSG no vende. Los de Qatar – a pesar del buen rollo con el Barça y Rosell- menos. La familia”real” de Qatar es muy numerosa. Y cada uno va a lo suyo por muy hermanos y primos que sean. Porque “primos”, entre comillas, no.
                De manera que yo creo que sí a Thiago Silva y no a Agger, ni Marquinhos, ni Iñigo ni mucho menos Rami. Y un NO rotundo a David Luiz que sube, ataca, golea…pero que retrocede a  trompicones, le falta visión periférica, cubre la zona con desajustes  y, eso sí, en el uno-uno a balón parado marca bien por alto.
                Coincido con Gerard Piqué: la solución, en casa. Puyol ya está prácticamente recuperado. La solución del “Jefecito” no ha sido mala. Adriano vale para una urgencia necesaria. E incluso Busquets, en un “descosido” imprevisto durante un partido. Y, eso sí, sobre todo confianza y minutos a Bartra. Es de casa. Ansía triunfar. Sus compañeros en la defensa hablan bien de él. Y no es justo tenerlo tanto tiempo en el banco y llevarlo a una “muerte cierta” cuando llega el Bayern, el equipo europeo más completo del momento. Y a pesar de ese “marrón” Bartra fue de los pocos que se salvaron. O puede que el único.
                En esta  coyuntura siempre me acuerdo de uno de mis maestros, al que conocí ya de mayor pero que me enseñó muchísimo: Pepe Samitier. El “mago” siempre dijo que “en la defensa, todos de casa. Las figuras de fuera, los caros, delante”. Frase que se agenció Helenio Herrera pero que no es suya. H.H era muy listo.
                Procuremos que Thiago Alcántara se quede. Es”artista”, tiene gol…pero le sigue sobrando algún “arabesco”. En todo caso va para titular indiscutible en una o dos temporadas. ¡Ojo…! No para suplir a Xavi, que el de Terrassa no tiene sustituto. No hay otro igual, en el mundo.  Para mí lo más parecido a Xavi…acaba de irse al Athletic: Beñat.
                Y visto su final de temporada démosle una última oportunidad a Alexis. A Tito le encanta que tipos como el chileno y Pedro, se sacrifiquen reculando y defendiendo sin descanso.
                Para  terminar,  ”mi locura”. Ya sé  que tendré muy pocos adeptos pero si hay que hacer caja, ahí está  Dani Alves por el que más de un o pagaría un buen dinerito. Uno de los pocos prescindibles por los que se generaría  un traspaso rentable. Y el recambio ya está aquí: Montoya. Si no es imprescindible, Dani ya está bien donde está, agradeciéndole, además, su amplia influencia en la llegada de Neymar e incluso en una hipotética y quimérica “operación Silva”. En la adaptación de uno y supuestamente de los dos, Alves va a tener mucho que ver.
                Y la último “locura”. Yo apuesto más por el “plan B”. Y para ello, me gustaría Rooney. Si, ya se…Un Imposible. Un sueño. Pero en partidos atascados, podríamos dispensar  a  Piqué y Puyi  de que subieran a partirse la cara en un córner.

                Así, pues, compro, vendo, cambio.  Pero ¡ya! .  Zubi, muévete. La labor de los directores técnicos ha avanzado tanto como la  investigación de las enfermedades: por eso cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano.


lunes, 10 de junio de 2013

Nadal,el más,más,mas

Final Roland Garros 2013. Foto: Getty Images
David Ferrer, el otro ejemplo

Reconozco, una vez más, que lo encuentro a faltar. Que me falta una primavera con Roland Garros. Por cierto, llega el Tour y, por ahí, todavía resisto.
Pero a finales de mayo y principios de junio, montarme cada mañana, durante dos semanas, en la línea 10 del metro de París (Gare d’ Austerlitz-Boulogne, “estation” Porte d’Auteuil) ha formado parte de mi vida durante muchísimos años. Ahora debo conformarme con verlo por televisión…  y sufrir algunos comentarios, cuya génesis no comprendo, vengan de un glosador, de un ex -tenista o de un presentador. En fin…Los tiempos cambian y hay que apechugar.
Siempre preferí  el  metro y caminar quinientos metros desde la Porte d’Auteuil, que montarme en el bus número 22 (Opéra-Porte de Saint-Cloude), utilizar las “navettes” gratuitas de Avis o solicitar los servicios de radio-taxis G7 hasta o desde la Porte Suzanne-Lenglen Nord. Todo más complicado que el metro.
Desde que en 1987 la Federación Francesa de Tenis puso en funcionamiento el servicio telemático, no solo para la prensa, si que también, en cierta manera, para la utilización pública, se acabaron los teléfonos –ahora son tan solo un complemento- los papeles, el  télex, etc.etc. Hoy, en la sala de prensa, te parece que estás en la redacción de tu periódico. Lo tienes todo a tu alcance incluida la edición. ¡Y no digamos  cuando tenías que solicitar, con mucha antelación, la comunicación telefónica y te carcomía las entrañas la demora!
                En fin, ha ganado Nadal y esto es lo que importa. Estaba David Ferrer –el entrañable “Ferru”- en la final y esto importa tanto como la indiscutible y merecida victoria de ese mallorquín que acaba de cumplir 27 años y de batir todas las marcas en ese su reino terrenal Desde aquí le felicito. A él y a toda su familia que han sido capaces de inculcarle  los valores necesarios para ser ejemplo de deportista y de persona.
                Porque el deporte es- o debe ser- además urbanidad y de buena educación,  ejemplo para promover y agradecer el arte y sus autores. Así, recuerdo someramente que entre los creadores  del espectacular “affiche”  que distingue a cada edición del torneo, se encuentran firmas ilustres de artistas españoles como Eduardo Arroyo –creo que en 1981- el “baturrico” de Huesca, Antonio Saura y el mismísimo Joan Miró.
                Pero vayamos a lo que importa este domingo de junio. Nadal ha ganado su octavo Roland Garros superando en la final a David Ferrer, con más facilidad en el marcador que en la pista:6-3,6-2,6-3.  El alicantino peleó como es habitual en él hasta la última bola. Luchó hasta la extenuación. Pero la historia se repite como ya saben – y bien- los asiduos al Godó barcelonés. Ferrer es –me atrevo a afirmarlo- el mejor jugador sobre tierra batida en estos momentos…si no existiera Rafa. Me gustaría que la vida la diera una nueva oportunidad en  ese mismo escenario y no como el destino hizo con otro español que fue, durante años, el número uno sobre tierra, aunque  no se coronó nunca en Paris: Manuel Orantes. Pero ni su sino ni el nefasto comportamiento del público en una final contra Borg, (la primera de  aquel jovencito sueco, 1974) lo permitieron. Algo tan injusto como que aquel mago llegado desde Rumania, Ilie Nastase, no ganara más que una edición (1973) aunque, eso sí, lo hizo sin ceder un solo “set” a lo largo de todo el torneo.

José Luís Clerc
                Entre actualidad y breves pinceladas de historia y visto lo visto, me permitiría aconsejarle a David Ferrer que en otro enfrentamiento con Rafa…no sea él. ¿Qué quiero decir con esto?.  Desafiar  a Nadal, en tierra, a base de “rallyes” y golpes de potencia inusitada y continuada es algo muy parecido a  un suicidio. El propio David lo dijo al final: “él es más fuerte”. Lo que sirve, pues, para enfrentarte a todos los demás no vale cuando estás ante Nadal. ¿Buscamos alguna sutileza?…Por ejemplo, ante el paralelo de Rafa, a la derecha de la pista, ya sea  de “drive” o de revés, en lugar de esperar el tiro profundo y devolverlo de bote-corrido, con fuerza y liftando a dos manos quizá valdría la pena avanzar un par de metros y golpear  con la derecha, en diagonal, a media pista y hacia  el otro límite lateral. Este “drive” abierto, “apuntando” a la intersección exterior del cuadro de recepción –lado ventajas- es un golpe que David ejecuta a la perfección. Y en este partido ha sumado, con él, puntos espectaculares. Yo le mostraría videos del argentino José Luis “Batata”Clerc –“eterno” adversario de Guillermo Vilas, el marplatense adalid del tenis en aquel país sudamericano-que en los años setenta y comienzos de los ochenta, llegó a ejemplarizar este golpeo.
En las devoluciones, de bote pronto y con el revés, quizá sería preferible colocar la cara de la raqueta hacia arriba y devolver un  golpe más bien defensivo, para seguir jugando, antes que pegarlo duro, a dos manos y con efecto superior, después de un bote muy bajo, porque son muchas las veces que no supera la cinta. Si…Ya sé que Rod Laver me dijo que en un “match-ball”, a favor o en contra, te la debes jugar. “Morir matando”. Pero, a veces, quizá vale la pena mostrarte moderadamente conservador.
                Son pequeños apuntes que probablemente no se leerán en otra crónicas, por razones obvias. Yo no quiero enseñarle nada a David. ¿Quién soy yo para enseñar nada a nadie? Pero los años, lo que llevo visto, lo que llevo oído, lo que he aprendido, lo que me han demostrado… Todo esto, quizá es lo que me lleva a la osadía de escribir lo que he escrito. No quiere ser una lección. ¡Por Dios! Ni siquiera un consejo…Solo algo que, en momentos así, rescato de los más profundo de mi memoria, recordando a Laver, Rosewall, Hoad, Santana, Orantes, Gimeno, Arilla, Gisbert, Newcombe, Ashe, Vilas…y  Nastase, claro.
                Perdona, David, por este atrevimiento. O puede que insolencia… En todo caso, tómatelo  por la vertiente aristotélica,  de podría ser una insolencia que pretende ser educada.
                Y tú, Rafael Nadal, sigue ahí. Eres el más grande. Y saliendo como has salido de esos siete meses de malos sueños, de lesión y de incertidumbre, piensa que ya has superado los fatídicos 26 años que un tal Borg –en su tiempo también el más grande- dejó como “edad maldita”.          



lunes, 22 de abril de 2013

BAYERN - BARÇA ... ¿final anticipada?


De nuevo metidos en Champions. La mano…¿inocente?  quiso enfrentar al  Bayern de Munich con el FC Barcelona. Estos días, aquí y allí, se viene elucubrando acerca del modo y manera que va a jugar el equipo alemán. El estilo del F.C.Barcelona es claro, definido y conocido por todos. Técnicos, aficionados y periodistas. Por eso huelga la insistente pregunta a Heynckes respecto a si ha hablado con Guardiola. No le hace ninguna falta…La duda respecto al Barça puede residir en si se verá el equipo de San Siro o el del Camp Nou. Es decir, cuestión de intensidad y de aplicarse en defensa. Lo demás, incluso aquello de tres  defensores o cuatro, según convenga en un momento determinado, es conocido por todo el mundo.
                En Baviera están convencidos de que, hoy por hoy, son mejor equipo. Y que el Barça lo fía casi todo a un tal Leo Messi…sin olvidar, claro, a la magistral dirección de Xavi a quien consideran  el mejor centrocampista del mundo. Y precisamente por esta razón, está por ver si el Bayern  aplicará el mismo deseo de mantener el balón o, en cambio, se dedicará a una defensa  marcando parcialmente al hombre. Poco habitual, hoy en día, pero que Heynckes  puso en práctica contra la Juve, en cuartos.  Entonces, además de un pressing altísimo en todo el campo, se marcó individualmente a Pirlo que es lo más parecido a Xavi  que hoy en día podemos encontrar. Y la Juve no tuvo opción  porque ni Bonucci –ni nadie-ofreció una alternativa en fase de construcción.  Atento, pues, Iniesta, si Javi Martínez  -que lo conoce bien, le admira y le teme-se pega como una lapa a Xavi. Claro que es más que probable que a Iniesta le marque, más o menos cerca, Schweinsteiger. En ese medio campo parece claro que la  pugna más física enfrentará a Muller con Busquets. Y si es así –que lo será- que Valdés no pierda ni un segundo en despejes largos porque la lucha, en la fase amplia, está perdida.
                Los del Allianz Arena depositan la confianza en sus laterales: la versatilidad de Lahm y el poderío físico de Alaba, creen que bastará para frenar  a Villa, Alexis o Pedro. Allí, de momento, nadie piensa en una sorpresa como, por ejemplo,  Tello, de quien tomaron buena nota-negativa, en este caso-  el día del Levante. Y queda  Messi, de quien Heynckes viene hablando estos días, con sus jugadores, acerca del efecto psicológico que tuvo su sola presencia, el día del PSG. La alta dirección del club-formada por afamados ex -jugadores como es bien sabido-, la prensa y los aficionados, están convencidos de que  no sucederá lo mismo porque, entienden,  el míster alemán es mejor estratega que el entrenador italiano de los parisinos.
                En otro orden de cosas quedan dos duelos de los que los de Baviera esperan mucho. Uno el que, en teoría, debe enfrentar a Ribery con Alves. Confían en que el francés sepa aprovechar, con su habilidad y rapidez características, las ínfulas atacantes de Dani.  Y otro, que el centro de la defensa azulgrana con Piqué –y piensan que Bartra, descartando de momento, otra posibilidad, incluido la presencia de Abidal- permita cierta libertad en el remate a  “Super-Mario “Gómez y/o, parece que con menos posibilidades a Pizarro.  Confían en un buen resultado en este partido de ida para que, en la vuelta, recuperado –está sancionado- Mandzukic, con más espacios, pueda resultar decisivo.
                Conocen, admiran y respetan  las seis semifinales seguidas que juega el Barça, la séptima en ocho años y tres Champions en siete temporadas.  Pero recuerdan sus ansias de revancha  -dos finales en tres años- e insisten en que, en estos momentos, el  Bayern  es más sólido y  que supera al Barça en motivación.
                En fin…A mi me preocupa la firmeza  defensiva del equipo bávaro –sin olvidar alguna que otra pifia de su buen portero- el juego aéreo y las dos flechas que, en vertical o en diagonal, suponen Robery y Roben.
                La pelota está en el tejado…


domingo, 7 de abril de 2013

Ramallets y Seguer : Homenaje a dos ejemplos




Son historia viva.  Émulo del tiempo. Testigos de lo pasado. Ejemplo, incluso para el glorioso presente. Y advertencia de lo que está por venir en el irrenunciable ADN del FC Barcelona. El club y la Agrupaciò d’Antics Jugadors homenajea a dos leyendas de la Historia azulgrana: Antoni  Ramallets i Simón y Josep Seguer i Sans.
                Me niego a calificarles con el socorrido soniquete de “viejas glorias”. Son dos chavales a punto de cumplir 89 años, uno. Cerca de los 90, el otro. Ídolos de mi niñez a los que, andando el tiempo, tuve la inmensa suerte de  conocer y tratar  ampliamente,  en mi condición de periodista, primero y de entrenador, más adelante. Jamás  he dejado de admirarles, respetarles y quererles, aunque en nuestras respectivas facetas profesionales resultara lógico  e incluso prudente, mostrar cierto disimulo.
                Con  permiso: voy a permitirme desvelar un secreto…en el caso de que alguien – veterano, obviamente- recuerde mi  época de  juvenil  y  supiera de las “clases particulares” que, a los 13 años de edad, recibía de un fenómeno irrepetible llamado…Lasdislao  Kubala. Cuando me veían lanzar  un penalti el comentario casi resultaba obligado: “Te lo ha enseñado Kubala”. Pues no…  “Laszi” revolucionó el fútbol, con su llegada al Barça. El fútbol del club azulgrana y el fútbol de toda España. Nadie recordaba nada igual…Aquel chaval rubio y fornido nos enseñó que había otra forma de entender –y practicar- este deporte.
                Pero yo había aprendido a tirar el penalti, con amago de cintura…viendo a Josep Seguer.  Recuerdo  perfectamente como me impactó la primera vez que le vi lanzar uno. El de Parets  jugaba  en  el  reserva del  Barça. No se había consolidado todavía en el titular porque era muy joven. Fue en un partido matinal en el viejo y entrañable campo de las Corts. Yo era un  niño y estaba  justo  detrás de la portería del Gol de Baix. Hoy le llamaríamos Gol Sud. Ubicado en una de las primeras filas en la mitad  justa de la portería. Casi como el portero al que Seguer se disponía a tirarle aquel penalti. Dos o tres pasitos justos, se acercó a la pelota, amagó con la cintura hacia la derecha del guardameta…y con un giro rápido y  preciso, golpeó el balón con el interior de su pié derecho,  enviándolo a la izquierda del portero. Un engaño simple y fácil…si se tiene, claro, la coordinación para hacerlo.  Kubala, ocho años más tarde, nos mostró parecida técnica, pero con una ligera “paradinha”.
                Aquella pena máxima de Josep Seguer todavía la conservo, fresca y lozana, en mi memoria. Yo,  muy jovencito, desde aquel día, la ensayé una vez. Y otra. Y otra…. Jugando con los amigos del barrio. En la calle –entonces, se podía, si- en los campos de la Bordeta y en del Hostafrancs. De manera que cuando “Laszi” tuvo la gentileza de perder horas conmigo, enseñándome su técnica inigualable –con gestos y repetición de movimientos más que con palabras, porque, recién llegado,  se hacía entender en un incipiente italiano- se sorprendió agradablemente al  verme lanzar el primer penalti. Sin él saberlo Seguer había sido mi maestro. Por cierto…ahora caigo en la cuenta que nunca se lo he dicho. Espero que lea estas líneas y con ellas reciba todo mi cariño, mi admiración y mi agradecimiento. Gracias,  “Patetis”.
                Al paso de los años, uno de los mejores y más entrañables amigos que he tenido de aquel equipo inigualable de las “Cinco Copas”, Mariá Gonzalvo III – a pesar de la amplia diferencia de edad -  me habló maravillas de Seguer. Josep es de Parets.  Mariá era de Mollet. Juntos cogían el tren a diario para llegar a la estación de Francia y desde allí, con el tranvía 59, se dirigían a Las Corts. Al entrenamiento.  Pero 250 pesetas de ficha anual  y un sueldo mensual de 50, más alguna que otra dieta, no daba para dejar de trabajar. Y Josep regresaba  a Parets después de entrenar, para dedicarse a su profesión: barbero. Un joven de hoy en día quizá se haría llamar “director de imagen” o, simplemente, peluquero. Los tiempos cambian.
                Como futbolista Seguer fue un todo-terreno. Yo le recuerdo jugando de interior. Algunas veces, de delantero centro. También jugó de medio. Y  el día 1 de junio de 1952, debutó con el equipo nacional de España, formando un bloque defensivo completamente del Barça: Ramallets; Martín, Biosca, Seguer. Aquel día, junto al “Patetis”, debutó en la Selección, su compañero del Barça José María Martín, gallego de A Coruña, formado futbolísticamente en el Banfield y el Vasco de Caracas. También estrenó internacionalidad Coque, un elegante interior derecho, de Valladolid. Ganaron a Irlanda por  6-0. Y en ese  equipo jugaron  otros barcelonistas: junto a Seguer  y Martín, los ya citados Ramallets y Biosca, así como dos monstruos en la delantera, llamados Basora y César. En total, seis del Barça. ¿Les suena la música?.   Basora marcó 2 goles y César, otro.
                Con Ramallets coincidí  en   el  Europa,  cuando yo daba mis primeros  pasos como entrenador. Estaba a cargo de las divisiones inferiores del club de Gracia y a Antoni le llamaron para entrenar al primer equipo. Curiosamente sustituyó a Velasco,  que llevaba el  titular escapulado, junto al doctor Falcó. Y digo curiosamente porque fue a Velasco, precisamente, a quien  Ramallets  suplió en la portería del FC Barcelona, cuando  aquel sufrió una gravísima lesión. Era el año 1949. Y la explosión de Antoni fue tan meteórica, que ya apenas un año más tarde, 1950, fue titular y gran figura del Mundial de Rio, en la que España había obtenido, hasta los éxitos presentes, la mejor clasificación de la Historia: un valiosísimo cuarto lugar después de ganar a la mismísima Inglaterra. Y Antoni se consagró como el “gato con alas” –así le llamaron en Brasil- o, en versión femenina, “o mais guapo goleiro do mundo”.
                Ramallets era un portero elegante, seguro, reflexivo, mandón…Templado y sobrio, si hacía falta.  Incontinente y espectacular si el caso lo requería. Y aviso para los más jóvenes: el mejor y más completo en la Historia del Barça.  Hasta la explosión del actual  –si, también el mejor equipo de la Historia-Antoni  era el  jugador azulgrana  con más títulos, después de Guillermo Amor. Hoy, los Puyol, Xavi, Valdés y compañía han superado todo lo imaginable.
                Y si Antoni era elegante   en el campo, fuera de él no le anda a la zaga. Era –y es- un tipo esbelto y distinguido. Tan  esmerado que un día, Modesto, el entrañable cuidador de la época, querido y casi adorado por todos los jugadores, me desveló que en los desplazamientos cuidaba con mimo los pantalones de vestir de Ramallets, que colocaba  casi religiosamente debajo del colchón de la cama del hotel, para que no se desplanchara la  inmaculada raya que los hacía inconfundibles. Yo se que a Antoni no le gusta que desvele este “secretillo” –lo comprobé un día que coincidimos en un coloquio, en una peña de la Terra Alta- pero también sé que me va a perdonar porque los aficionados de hoy y de siempre deben conocer más y mejor a quien ha sido –repito- el mejor guardameta del Barça. Y un referente de toda la vida para el fútbol español y mundial.  Recientemente cuando Valdés recogió el “Zamora de Oro” se acordó del “señor Ramallets”. Un tipo que dice  de su compañero de homenaje, que “Seguer ha sido un grandísimo jugador  pero todavía le honra más el hecho de que es una mejor persona”.
                La amistad no puede vivir sin la estimación. Y los dos personajes que homenajeamos son dos grandes amigos.  Y yo me atrevería a añadir que dos rehenes de la eternidad, en lo más íntimo de la Historia del  Barça.

* Artículo publicado en El Periódico el 6 de abril de 2013

lunes, 11 de marzo de 2013

Yes we can


                                             
¡”Es l´hora, Barça. L´hora de la veritat”! Pero no estás solo en esto…También es “il momento della  verità, Milan”. Apenas faltan cuatro horas para que, en el Camp Nou, se dispute el partido más importante y trascendental de la temporada para el FC Barcelona. Y, asimismo, para el AC Milan. Mismos deseos, idénticas aspiraciones…Posiciones encontradas.
                Aquí hablamos –y soñamos-  con una palabra casi milagrosa, REMONTADA. Y a la vera  del  Duomo, en  el llamado “Salotto di Milano”, las célebres Galerias Vittorio Emanuele, entre joyas, obras de arte, Rolex carísimos y moda espectacular –y no menos cara- rezan para que sea válido el 2-0 de la ida y los hombres de Allegri repitan aquella gesta que acabó y desmanteló el “Dream Team”.
                He leído que el Barça necesita un “triunfo balsámico”. No basta…Sería un consuelo aromático. Pero, al fin, un simple alivio. Hace falta una victoria rotunda y ejemplar.El historial de los últimos años asó lo exige.
                Al equipo azulgrana , el que mayor número de seguidores tiene en todo el mundo, desde que se ha convertido en ejemplo y referencia, le llegan mensajes de ánimo de todas partes.  Y los jugadores piden el apoyo y el soporte, pleno, indesmayable, de la afición. “Si alguien no está dispuesto a animar –ha dicho Piqué-que le deje el carné a quien si quiera hacerlo”. Pero ese público, a su vez, espera –y aspira- al ánimo que, desde un césped  impecable –que es posible  acabe el partido, siendo “bendecido” por la lluvia que caiga del cielo- le transmitan sus jugadores. Es el dilema de siempre. ¿Quién anima a quién?...Pues todos a una. Si, como en Fuenteovejuna…Pero también como el  himndo: “tots units fen força”.
                La quiniela está en la alineación que ha de presentar el Barça. ¿Ese “plan B” que en cierto  modo se probó ante el Depor y que dejó una dudosa impresión?.  ¿Mantener el estilo de toque y posesión, pero eso sí, chutando más y mejor?...¿Un “9” de referencia?...¿Ese falso “9” que permita las diabluras de un Messi que llega desde la derecha o de la segunda línea?.
                Estos días, las televisiones locales nos han estado ofreciendo aquellos partidos de remontadas  históricas. Animo y ejemplo de lo que debería ser esta noche que soñamos sea mágica. Como aquellas. Y ahí había , en todas ellas- un común denominador: todos los jugadores corrían como alma que lleva el diablo. Durante más de 90 minutos y prórrogas espectaculares. He aquí la primera premisa: correr, correr y correr…Si eres mejor-que lo eres- y corres más, la recompensa está clara.
                El terreno de juego del Camp Nou es amplio. Y largo…Y eso ayuda a algo en lo que todos estamos de acuerdo: hay que abrir el campo. Cubrir –y correr-las bandas. A veces vale un centro si hay alguien que llega, entre los tres palos, al remate. Desde dentro y desde fuera del área.  Diagonales que  muestren líneas de pase y clarividencia en Xavi, Messi  e Iniesta, para que las aprovechen para meter el balón con ventaja y picardía.
                Todos sabemos  como  defienden los equipos italianos. Todos sabemos como lo hace el Milan, principalmente. Y no se olvide, ni por un segundo,  que un fútbol que tiene y disfruta de un Pirlo, unido a un equipo que dispone de un Montolivo, es capaz de formular la estrategia perfecta para  anular la clarividencia de un cerebro como el de Xavi o las exquisiteces del mejor futbolista del mundo: Messi, claro.
                Se procurará rodear a Xavi, para que no piense. Se intentará bloquear a Messi, para que no pase. Cubrirán esas bandas que el Barcelona querrá utilizar. Cerrarán el medio campo y el centro de la defensa. Y utilizarán, a su vez –son más altos, fuertes y aguerridos-jugadas de estrategia en saques de esquina y faltas cercanas a las bandas que permitan  centros con remates de primera o segunda jugadas.
                Resumiendo, el Barça  debe abrir el marcador cuanto antes…pero sin acelerarse. La defensa, acortar espacios y cerrarlos con repliegues rápidos, apoyos y coberturas inteligentes. Si juega Alves, irse al centro dejando al hombre de su banda, libre, será un suicidio.  Hay que recuperar el balón lo más arriba posible. Lo más cerca del área contraria que se pueda. Forzar –y ejecutar con sentido común- faltas, cercanas a ese área.
                Acabo. Todos jugamos a hacer alineaciones.  Y yo, en partidos como este, siempre he sido algo “revolucionario”. Hay que “jugársela” con descaro. El “salir y disfrutar” es una utopía. Una leyenda, acuñada desde aquella frase de Wembley dicha…eso sí, cuando la pizarra ya había sido trabajada y se venía de un estilo conjugado y muy bien asimilado. Aquello suponía la última palmadita en la espalda.
                Por eso me permito con una alineación –que se que no será la que salga esta noche-pero con la que yo me la jugaría. Valdés, en la portería. Montoya, Piqué, Puyol y Alba, en la defensa. En el medio campo, con Xavi, Busquets  por la izquierda…y ¡Alves! por la derecha. Delante, Alexis…-si, Alexis, pese a todos  los  pesares- Messi  …¡y Deulofeu!.  Aquí viene  la sorpresa. El chaval es descarado. Bueno. Hábil. Rápido. Y no le conocen.  Me queda Iniesta para un cambio multifuncional –si hace falta- y Tello y/o Pedro, por si esa bandas requeridas no cumplieran, del todo, su cometido teórico que habrá de convertirse en práctico.
                Este sería mi desafío.  Ya se –insisto-que  no se cumplirá. Que el miedo guarda la viña. Que si sale mal, todo serían críticas. Pero el factor sorpresa, muy a menudo, ha dado buenos resultados. Sobre todo cuando el estilo de juego del Barça y las características de sus hombres son bien conocidas en todo el mundo del fútbol.
                En todo caso, con “mi equipo” o con el que sea…¡FORÇA BARÇA”. Es “l’hora de la veritat”.


viernes, 1 de marzo de 2013

Fútbol es Fútbol


    Llega  otro  Madrid-Barça. Llámenle como quieran. “Derby” –a mi no me gusta, porque es británico y “equino”- o “clásico”, que es la definición más socorrida pero  que si creemos a  Hemingway  y a Twain,   “clásico”  es  “ un  libro que todo el mundo admira…pero que nadie lee”. En este caso concreto no es así. Se trata de un partido ante el que el mundo entero se extasía…cada cual con sus preferencias ideológicas. Millones y millones de telespectadores –muchos de ellos, en según  que  lugares del planeta, a horas totalmente intempestivas- seguirán el partido, esta vez en el  Bernabéu y lo acabarán, con deleite, unos , y con disgusto, otros. Esto es fútbol.
                Y como esta vez se juega en Madrid, sin exonerar a ninguno de los dos bandos del grado de culpa que tuvieren en desavenencias…y desaguisados, me parece oportuno recordar aquellas palabras del inefable Ramón Mendoza quien, al presentar su candidatura a la reelección de presidente del Real Madrid dijo aquello de “…Si salgo reelegido voy a aplicar una línea muy dura hacia el exterior. No entraré en discusiones de patio de vecindad porque quiero que el Madrid siga siendo un club “señor”. Palabras sensatas, prudentes y ejemplares…si años más tarde no se hubiera puesto a saltar, en Barajas, junto a un grupo de exaltados hinchas, al grito de “Polaco el que no bote…!”  Ejemplo al  que,  si queremos ser ecuánimes, podríamos añadir algún otro de índole diversa y  negativo  protagonismo azulgrana, como ya he hecho en otras ocasiones. Pero este partido se juega en Madrid y de ahí que elija una referencia merengue.  Por cierto que también he dicho, repetidamente, que aquel comportamiento modélico de los responsables blancos, encabezados por Saporta y Bernabéu –con todo el soporte y complacencia que quieran de regímenes y/o documentales en blanco y negro- está muy lejos de ese proceder a que el inefable Mourinho ha llevado al equipo blanco de Florentino Pérez.  Dentro y fuera del terreno de juego.  Como por ejemplo aquella excusa pueril y perversa del señor Pérez para negar el escenario de la Castellana como escenario de la final de Copa del año pasado. Y añadan a ello que ahora, al parecer, les agradaría jugar la final enteramente madrileña…en el Camp Nou.  Huelgan comentarios.
                La Liga puede quedar resuelta en este encuentro. Una Liga  que algunos resaltan como inédita…  sin  recordar, por ejemplo, que en  enero de  1991, el Barça  ganó  en el Camp Nou (2-1, con aquel “inolvidable” gol de  Spasic en propia meta) y  llegó a distanciar al Real Madrid de 18 puntos. Los blancos cayeron en un tremendo bache, estuvieron hasta 6 jornadas sin saborear el triunfo y, en la tabla, rozaron los puestos de promoción. Y en la Copa de Europa el Dinamo de Moscú les eliminó (1-3) en el mismísimo  Bernabéu.
                Claro que, como contrapartida, una derrota azulgrana esta tarde y otra,  hipotética, al visitar el Calderón, podría añadir emoción a un título que, hoy por hoy, todo el mundo da como sentenciado.
                En cualquier caso, atentos  a si Maquiavelo tiene o no influencia en el partido de hoy. ¿Jugará Mourinho a “tirar” un título, menospreciando al rival y alineando a jugadores con los que no cuenta  o cuenta poco? ¿Será, por el contrario, el Barça el que juegue con medio equipo “B”, para demostrar que ya se ve campeón?  En una u otra opción,  sería un ejemplo desabrido, desagradable, para aficionados  de cualquiera de los dos  bandos. En todo caso, rotaciones razonables, que no descaradas, desconsideradas, pueden fundamentarse en los difíciles compromisos que a ambos les queda por cumplir en la Champions.
                En fin, como siempre digo, que gane el mejor. En buena lid y para que triunfe el fútbol y el deporte.  En el campo y en las gradas. Sin insultos y sin afrentas a ningún país. 
                Me dicen algunos que estoy pidiendo un imposible. Bueno… Al menos me queda la tranquilidad  de haberlo intentado. ¡Qué  bonito el día que el fútbol…sea solo fútbol! Fueros para otras cosas…”haberlos, haylos”.


miércoles, 20 de febrero de 2013

Compras,ventas y apuestas


En pleno apogeo de supuestas  compras, ventas, amaño de partidos, resultados apañados y apuestas fraudulentas, quisiera aclarar que todo esto, con mayor o menor escala, siempre ha sucedido…y no sé  si, desgraciadamente, siempre sucederá.
                Vayamos con hechos acontecidos en otras épocas, que no me contaron.  Los viví yo. Por ejemplo recuerdo un individuo, que nadie supo nunca  de donde había salido,  pero al que de repente te encontrabas por esos campos de Dios. En los hoteles, antes de los partidos,  el tipejo en cuestión –puro en ristre, eso sí, siempre- se dirigía a nosotros  y tenía la desfachatez de enseñarnos a los periodistas un maletín lleno de billetes de curso legal. Lo abría y se vanagloriaba, “mira, mira…tres millones. Son para el árbitro”. Y te dedicaba un guiño que, supongo, pretendía ser de complicidad.  Nunca supe, realmente, el destino de aquel dinero. Porque después del alarde en el hotel, ya no volvíamos a verlo. Y los árbitros, como siempre, se equivocaban y no dejaban  satisfechos a casi nadie. Igualito, igualito que hoy en día. Y a veces –también como hoy en día-  resultaban sujetos decisivos en el resultado final de algunos partidos.
                Al paso de  los años y encontrándome  en el despacho del  director general de una empresa multinacional muy importante, el individuo  en cuestión,  entró en aquella estancia, sin  llamar y con el desparpajo –y el descaro de siempre- diciéndole al gestor en cuestión: “Todo a punto para esta noche”. Y, claro, acabó con el guiño que yo ya conocía.  Y el habano siempre entre los labios. La vida me ha enseñado, andando el tiempo, que hay extraños y misteriosos personajes capaces de nadar en la abundancia entre falacias y bribonadas.  Y a quienes nunca les pilla nadie porque no dejan pruebas y son  mucho menos simples, supuestamente, que los Urdangarín de turno, pongamos como ejemplo.
                En otra época y durante cuatro o cinco temporadas, apareció un nuevo individuo siempre acompañado de otro maletín. Su “modus operandi” era otro. Le  pedía el dinero  al presidente de determinado club,   con la consigna de que era “para el árbitro”. Naturalmente, el  carriel en cuestión se llenaba también con billetes de curso legal. Se destinaba únicamente a los partidos jugados como equipo visitante. Si el equipo , ganaba, el argumento era siempre el mismo: “Ya has visto, eh…El árbitro ha estado genial. Ya te lo dije…” Y el hombre se quedaba con el dinero, porque no conocía al colegiado  ni había tenido ningún trato con él. ¿Qué el partido se perdía?.  Pues muy fácil: “Toma el dinero. No ha podido ser.  Estaba presente un delegado de los árbitros y había que andarse con mucho tino”.  Lo billetes volvían al presidente del club en cuestión, que pensaba: “Que hombre  más honrado”. Así,  aquel tipo llegó a reunir varios millones de pesetas. Y en ningún caso había oportunidad de una foto “robada”-en aquel entonces no se estilaba ni había teles con programas…-bueno, programas…- y por lo tanto no existían pruebas.
                Como tampoco existieron en un partido concreto en el que se enfrentaban dos equipos determinados, uno de los cuales estaba al borde del descenso y  al otro,  los puntos no le importaban ni poco ni mucho. Para que no hubiera dudas, el dinero se depositó en el despacho particular de un personaje de grandísima categoría e influencia, al que si el equipo que debía hacerlo, perdía,  tenía que dirigirse para cobrar. Aquí había en el embrollo mucha gente, desde la base hasta lo más alto. Me lo contó, poco después, un intermediario –que ya no está entre nosotros- sin  que nadie pudiera sospechar lo más mínimo y mucho menos, como digo, hacerse con una prueba que permitiera denunciarlo.
                Y ahora que es tan fácil y desahogado mezclar a jugadores y equipos determinados con chanchullos y tejemanejes –las apuestas, que entonces no existían, es cierto que han ensuciado mucho el fútbol y otros deportes- quiero romper una lanza a favor de la honradez de los jugadores. Cierto que, como en todos los órdenes de la vida, los habrá indignos. Pero  no se puede –ni se debe- generalizar como parece que es tan fácil hacerlo hoy en día. En mi época de entrenador profesional, llegó el final de una temporada en la que nosotros ya no nos jugábamos más que  la honrilla. Y en un partido determinado, un responsable del club solicitó entrar en el vestuario antes del partido. Yo tenía por norma no dejar entrar a los directivos –ni siquiera al presidente- ni antes ni después de los partidos. El vestuario era sagrado. Para los jugadores, para mis auxiliares y para mí.  En mis tiempos de Seleccionador catalán,  ni el mismísimo presidente Pablo Porta (q.e.d.) estuvo nunca en el vestuario… Pues bien, aquel día, como digo, un alto dirigente me pidió permiso  para hacerlo. Como terminaba la temporada, creí que iba a despedirse antes de las vacaciones y le permití que entrara. Comenzó a hablar: “Bueno…Ya sabéis que nosotros estamos tranquilos pero a nuestro adversario de hoy les hacen falta esos puntos para salvarse. También sabéis que nuestra economía no es demasiado boyante y por eso, el presidente del otro equipo ha hablado con nosotros para decirnos que…”. No le dejamos terminar.  Justo cuando yo iba a pedirle que dejara el vestuario, el defensa  central,  de pie en el banquillo y con las botas en la mano, me dijo: “Míster…O le echa usted o lo saco yo a zapatazos”. Y ello con el beneplácito de todo el equipo y mi entera satisfacción por estar al frente de un equipo cuya rectitud y moralidad nunca había puesto en duda.
                Quiero decir con ello, que en este teatro del fútbol, casi siempre los más honrados son los actores. Como aquellos jugadores míos, profesionales,  pero a quienes no les sobraba el dinero,  o estos supermillonarios  de hoy a quienes parece tan fácil vilipendiar y ensuciar su reputación. Qué habrá un –o unos pocos-indeseables. Por supuesto. Pero ni más ni menos que en la sociedad en general.
                Por eso quiero romper una lanza a favor de los futbolistas. Y a quienes se empeñan en insultar y menospreciar a unos profesionales íntegros, decirles  que se hagan con las pruebas necesarias e indispensables antes  de colmar de indignidad a unos seres, en su inmensa mayoría,  honorables y respetables profesionales, con el único objeto  de llenar de bazofia determinados espacios de prensa, radio y televisión que tanto daño hacen a la sociedad.


jueves, 10 de enero de 2013

KARL-HEINZ RUMMENIGGE

El alemán más latino
DE ARTISTA DEL BALÓN A BRILLANTE EJECUTIVO


Con la tremenda algarabía suscitada por el record - uno más - de Messi, al batir el número de goles de Gerd Müller en un año natural,  se ha hablado mucho del “Torpedo” y poco - apenas nada - de otros grandes de aquel mismo Bayern de Munich que reinó y asombró en su época a los aficionados del mundo entero. Uno de ellos, por ejemplo - y al que me parece justo recordar aquí, mitigado ya el primer impacto del goleador Müller - puede ser Rummenigge, otro auténtico fenómeno. Por cierto que hay que decir que Messi le ha dedicado a Müller una de sus camisetas actuales, con estas palabras:“mi respeto y admiración”. Camiseta que Sandro Rosell se ha encargado de hacer llegar al legendario jugador alemán, en nombre del FC Barcelona y del mismo Leo.

Nacido el 25 de septiembre de 1955 en Lippstadt, Kart-Heinz Rummenigge está considerado por la gran mayoría de analistas, como uno de los 20 mejores jugadores del siglo XX.

Fue un delantero polivalente, capaz de entrar por ambas bandas y/o por el centro. Medía 1,82 metros de estatura y pesaba 74 kilos. Una relación armónica que le permitía ser, a la vez que un fenómeno de exhuberancia atlética, un futbolista estilizado, al tiempo que vigoroso, ágil y de gran flexibilidad.  También goleador contrastado –poseía un gran sentido de la eficacia amparado, además, en una potencia de golpeo de balón fuera de lo común- marcó 162 tantos a lo largo de 310 partidos en la Bundesliga, 45 más en 95 partidos con la selección nacional alemana y 9 en fases finales de la Copa del Mundo. Estuvo en tres de ellas -1978 (Argentina), 1982 (España) y 1986 (Mexico), disputando el encuentro final en las dos últimas. El año 1986, menguado por una serie de lesiones que anticiparon su declive natural, en  aquel partido decisivo marcó un gol aunque no sirvió para derrotar a la Argentina de Maradona, Batista, Valdano, Ruggeri y compañía que ganaron por 3-2. Pero “Kalle” – así le apodaban-  se había coronado campeón de Europa de Naciones en 1980, actuó en 54 ocasiones como capitán de su selección y fue galardonado en dos oportunidades como “Balón de Oro”: 1980 y 1981. En la primera de estas distinciones, sumó 122 votos sobre un total de 125 posibles. Con su equipo el Bayern de Munich ganó en dos oportunidades la Bundesliga –las mismas temporadas en las que fue designado  mejor jugador europeo- dos veces la Copa de Alemania y se proclamó máximo goleador hasta en tres ocasiones: 1980 (26 goles), 1981 (29 goles) y 1984 (26 goles).

Sus últimos cinco años como jugador en activo los pasó en Italia (Inter de Milan, 1984-87) y Suiza (Servette de Ginebra, 1988-89). En Italia firmó 24 goles en la Liga y en Suiza, otros 24 el último año.

Sumando todo lo dicho Kart-Heinz Rummenigge llegó a jugar,  a lo largo de 15 años como profesional, 424 partidos en primera división, con la nada desdeñable proporción de más de medio gol por encuentro: 220 en total. Sin duda el día más triste de su vida deportiva tuvo lugar el año 1987, en ocasión de su retirada como jugador luciendo los colores el Servette. Apenas acudieron al campo  unos 2200 espectadores.

Pero la valía de un jugador de fútbol, no debe juzgarse únicamente por sus cualidades individuales, con ser éstas, muchas, en el caso del hombre que nos ocupa. Hay que tener en cuenta,  asimismo, su entrega, su disposición, su capacidad de liderazgo, la influencia que ejercía entre sus compañeros y el temor y respeto que infundía a sus adversarios. Atesorando todas estas virtudes, “Kalle” ha sido, pues, uno de los más grandes. Y desde el punto de vista de la plástica, tan peculiar en su juego como en su físico. Poseía la potencia física típica del jugador alemán a lo que unía su poderoso disparo y un toque de balón dúctil, preciso, elegante, más propio del fútbol latino. Por eso, desde la óptica de lo táctico,  le permitía aparecer de improviso por el centro de la delantera o abrir el campo por cualquiera de las dos bandas, preferente por el ala derecha que es, en realidad, donde se reveló y se convirtió en uno de los máximos exponentes, así como referente  de toda una generación.

            Los aficionados españoles –de una cierta veteranía, claro- recordarán, sin duda, su presencia en el Mundial disputado en nuestro país (aquel del “Naranjito”), al que Rummenigge llegó  lesionado. Por ello apenas le daban los minutos llamados de “la basura” o “de relleno”, si lo prefieren. En una de las semifinales disputada en Sevilla, bajo el calor del mes de julio  y las palmas de ese público local fantástico y entregado, Francia y Alemania  llegaron al término de los 90 minutos, empatados a un gol. En la prolongación los galos se adelantaron por 3-1 y el seleccionador alemán dispuso el cambio de Briegel por Rumennigge que entró en el campo con un protector compresivo cuidando su muslo maltrecho. A pesar de ello –y ahí viene la personalidad y la categoría de “Kalle”- los “bleus”, que contaban con Platini, Amoros, Tresor, Giresse, Rocheteau y demás figuras también históricas, se encogieron, temerosos. Alemania, con su “crack” (marcó, apenas aparecer sobre el terreno) logró empatar a tres goles  y forzar los penaltis que acabaron ganando los alemanes en una segunda tanda. Rummenigge transformó el suyo. En la final, contra Italia, “Kalle”, muy disminuido físicamente no pudo terminar y fue sustituido, precisamente, por Müller.

            Fue uno de esos fenómenos que llevaba grabado en la frente su futuro de gran jugador. Con 16 años marcó la escalofriante cantidad de 72 goles en una temporada con el equipo amateur de su pueblo, Lippstadt. No era pues, en absoluto descabellado, predecir su inmediato pase al equipo alemán de moda en aquel momento: el Bayern de Munich. “Kalle” llegó al máximo equipo de Baviera, en 1974, con 19 años de edad. Tardó un año en lograr su plaza de indiscutible titular. Durante el mismo incluso le tocó llevar la maleta de las grandes figuras del momento, con el  ”Emperador” Franz Beckenbaur al frente. En 1976 ya ganó su primera Copa de Europa (1-0 al Saint Étienne, en el Hampden Park de Glasgow). Y la aderezó con la Copa Intercontinental (3-2 en el partido de desempate, al Cruzeiro brasileño). Y el mundo del fútbol comenzó a maravillarse con aquel estilizado chaval de 20 años capaz de plantarse con ventaja a la búsqueda de cualquier balón que le sirvieran sus compañeros, en ataque. Nada importaba su posición, la zona a la que llegaba la pelota,  ni siquiera si tenía que alcanzarla con movimientos casi de puro acróbata. Sus 95 partidos con la selección le han convertido en el sexto jugador que más encuentros ha disputado vistiendo los colores nacionales de Alemania y en el  cuarto goleador de su historia,  por detrás de “Torpedo” Muller, Rudi Völler, Jürgen Klinsman y por delante del mítico Uwe Seeler.

            Cuando en 1977 se retiró Franz Beckenbauer, el equipo se resintió alarmantemente y pasó tres años en blanco hasta que apareció el mejor Rumennigge y lo devolvió a la elite. Por eso cuando el “Kaisser” llegó a la presidencia del equipo –después de haber pasado fugazmente por el banquillo- quiso tener a “Kalle” a su lado. Desde 1991 hasta 2002 fue vicepresidente. Después, asimismo director y principal ejecutivo de una sociedad filial denominada “FC Bayern München AG”, que tiene a su cargo velar por la economía del club en todos los órdenes así como gestionar las actividades del espectacular Allianz Arena construido en 2005 y que los propios ciudadanos de Munich decidieron que debía sustituir al, en su momento, también espectacular Estadio Olímpico. Por su fisonomía, original y cómoda, los alemanes le denominan, simpáticamente, “Schlauchboot” que viene a ser algo así como “bote hinchable”.

            Con Rummenigge al frente del ejecutivo, otro histórico ilustre Uli Hoeness, como manager y la gran figura de Beckenbauer, el mejor futbolista de la historia de Alemania, en la presidencia, el club de Baviera se convirtió en el octavo club más rico del mundo. Y lo que es más importante, de los más rentables. Cuando en el año 2006, el club triplicó su cifra de negocios en los últimos diez años, Rummenigge, muy metido en su función de brillante ejecutivo, manifestó: “Nos sentimos muy orgullosos de nuestros resultados. Nunca caeremos en la tentación de gastar más de lo que ingresamos, como, por ejemplo, nuestros colegas españoles o italianos…” Gran jugador en su momento, es, hoy en día, el presidente responsable de una ejecutoria rigurosa y ejemplar.

Aviso para navegantes…