El Barça visita San Mamés –el nuevo-este domingo. Está obligado a recuperarse del mal trago holandés en Champions, que, a la vez le permita continuar liderando la clasificación de Liga, con cierta holgura. Y con toda confianza.
Pero
yo, después de lo vivido en el histórico y “viejo” campo bilbaíno no puedo
dejar de preocuparme. De sentir cierto temor.
Los más jóvenes –“nacidos” en la era del Cruyfismo-recuerdan el tortazo
del hoy presidente Villar a Johan, en el medio campo, sin balón y sin venir a
cuento. Sin embargo eso no ha pasado de ser una anécdota trivial.
Históricamente
las más grandes figuras del Barça han caído gravemente lesionados contra el
Athletic. En 1953 -1/4 de final de Copa-Arieta I, delantero centro, cruzó el
campo en carrera para romperle la rodilla a Ladislao Kubala con un hachazo
incalificable. “Laszy” mantenía el balón junto al banderín de córner y ningún
defensa podía arrebatárselo. Arieta quiso” mostrar” el camino a sus defensas
–incluido su hermano Arieta II- y no se
le ocurrió otra cosa que acabar con la carrera futbolística del mejor jugador
del momento…mientras parte de la grada le gritaba “no queremos comunistas”. A
Kubala, que precisamente se había jugado
la vida huyendo del comunismo. La lesión
–ligamentos y menisco- condicionó el
resto de la carrera de Kubala, a partir
de cuando pudo reaparecer, meses más tarde.
Mientras estaba caído en el suelo –entonces, recordemos, no se
podía sustituir un jugador- el masajista
Angel Mur le decía…”Vamos Laszi,
que es grave”. Y Kubala, que apenas
podía tenerse en pie se negaba a salir
del campo, mientras con su todavía
precario español, repetía…”chicos me necesitan”.
En 1981 y en el mismo San Mamés, Andoni Goicoetxea, en una jugada en la zona
media del campo, absolutamente intrascendente,” cazó” la rodilla en la pierna
de apoyo de Schuster, donde hace más daño, mientras el alemán intentaba
controlar la pelota con la otra pierna.
Bernardo vio, asimismo, como
Kubala, condicionada la velocidad para
el resto de su carrera deportiva. Y se hizo célebre la frase de Schuster cuando
dijo que “es la guerra. Es más difícil volver de San Mamés que de Corea”.
Dos años más tarde, concretamente el día en
que Barcelona celebraba su Fiesta Mayor y esta vez en el Camp Nou, el tal
Goicoetxea le partió salvajemente el tobillo a la gran figura del momento en el
fútbol mundial –que, ya saben, vestía de
azulgrana, claro-Diego Armando Maradona. Desde aquel 24 de septiembre de 1983,
en Francia siguen calificando a Goicoetxea de “carnicero”. Y el Times
londinense, en un lamentable “ranking” de futbolistas indeseables le calificó como “el más duro de
la Historia”.
Por
todo eso y varias cosas más –como en la canción de Luis Aguilé -yo no
voy a su casa esta Navidad, pero me cuesta mucho aceptar que San Mamés haya
sido “la catedral” del fútbol español.
Así, como ejemplo único. Entiendo que desde 1913 haya sido la catedral de los
bilbaínos. Catedrales hay muchas…Santiago, Burgos, Barcelona, Zaragoza,
etc.etc. Pero mi catedral del fútbol, construida en 1922, ha sido el entrañable
campo de las Corts. Donde, curiosamente, el primer gol se lo marcó en su propia
meta el escocés Bivue mientras,
minutos más tarde, era Paulino Alcántara
quien inauguraba la cuenta azulgrana.
PICHICHI
FUTBOLISTA NO EXISTIÓ
Por
cierto que hablando de primer gol, fue Rafael Moreno Aranzadi, nacido el 23 de
mayo de 1892 quien lo marcó en el San Mamés que se acaba de derruir. Campo que
se inauguraba el 21 de agosto de 1913, jugando el Athletic contra el rival local, Racing de Irún.
¿Y
quien fue Rafael Moreno Aranzadi?. Un chaval que desde muy jovencito ya quería
jugar con los mayores y estos le llamaban “pichichi” que, por lo visto, era una
manera de decirle, con cariño, renacuajo o enclenque. Y con los mayores –siendo
todavía” enclenque” y con su tradicional pañuelo blanco, de cuatro nudos, en la
cabeza- inauguró el marcador de San
Mamés y así ha pasado a la Historia, hasta el punto de que ese calificativo da
lustre, cada año, al máximo goleador de
la Liga española. Y que la estatua
erigida en su honor ha sido cita
ineludible para quienes visitaban por vez primera San Mamés, obligados por la
tradición, a rendirle pleitesía.
En
todo caso, acabo. Estos últimos años parece que las cosas han cambiado. Pero,
por lo que pudiera ser….¡atento Neymar!.
Después de todo, la Historia es la ciencia de los hechos.