jueves, 28 de noviembre de 2013

SAN MAMÉS: ¡ OJO, PELIGRO !





El Barça visita San Mamés –el nuevo-este domingo.   Está obligado a recuperarse del mal trago holandés en Champions, que, a la vez le permita  continuar liderando la clasificación de Liga, con cierta holgura. Y con toda confianza.
                Pero yo, después de lo vivido en el histórico y “viejo” campo bilbaíno no puedo dejar de preocuparme. De sentir cierto temor.  Los más jóvenes –“nacidos” en la era del Cruyfismo-recuerdan el tortazo del hoy presidente Villar a Johan, en el medio campo, sin balón y sin venir a cuento. Sin embargo eso no ha pasado de ser una anécdota trivial.
                Históricamente las más grandes figuras del Barça han caído gravemente lesionados contra el Athletic. En 1953 -1/4 de final de Copa-Arieta I, delantero centro, cruzó el campo en carrera para romperle la rodilla a Ladislao Kubala con un hachazo incalificable. “Laszy” mantenía el balón junto al banderín de córner y ningún defensa podía arrebatárselo. Arieta quiso” mostrar” el camino a sus defensas –incluido su hermano Arieta II-  y no se le ocurrió otra cosa que acabar con la carrera futbolística del mejor jugador del momento…mientras parte de la grada le gritaba “no queremos comunistas”. A Kubala,  que precisamente se había jugado la vida huyendo del comunismo.  La lesión –ligamentos y menisco-  condicionó el resto de la carrera de Kubala,  a partir de cuando pudo reaparecer, meses más tarde.  Mientras estaba caído en el suelo –entonces, recordemos, no se podía  sustituir un jugador- el masajista Angel  Mur le decía…”Vamos Laszi, que  es grave”. Y Kubala, que apenas podía tenerse  en pie se negaba a salir del campo, mientras con su  todavía precario español, repetía…”chicos me necesitan”.

En 1981 y en el mismo San Mamés,  Andoni Goicoetxea, en una jugada en la zona media del campo, absolutamente intrascendente,” cazó” la rodilla en la pierna de apoyo de Schuster, donde hace más daño, mientras el alemán intentaba controlar la pelota con la otra pierna.  Bernardo vio,  asimismo, como Kubala, condicionada la velocidad  para el resto de su  carrera deportiva.  Y se hizo célebre la frase de Schuster cuando dijo que “es la guerra. Es más difícil volver de San Mamés que de Corea”.
Dos años más tarde, concretamente el día en que Barcelona celebraba su Fiesta Mayor y esta vez en el Camp Nou, el tal Goicoetxea le partió salvajemente el tobillo a la gran figura del momento en el fútbol  mundial –que, ya saben, vestía de azulgrana, claro-Diego Armando Maradona. Desde aquel 24 de septiembre de 1983, en Francia siguen calificando a Goicoetxea de “carnicero”. Y el Times londinense, en un lamentable “ranking” de futbolistas  indeseables le calificó como “el más duro de la Historia”.




Por  todo eso y varias cosas más –como en la canción de Luis Aguilé -yo no voy a su casa esta Navidad, pero me cuesta mucho aceptar que San Mamés haya sido “la catedral” del  fútbol español. Así, como ejemplo único. Entiendo que desde 1913 haya sido la catedral de los bilbaínos. Catedrales hay muchas…Santiago, Burgos, Barcelona, Zaragoza, etc.etc. Pero mi catedral del fútbol, construida en 1922, ha sido el entrañable campo de las Corts. Donde, curiosamente, el primer gol se lo marcó en su propia meta el escocés Bivue  mientras, minutos  más tarde, era Paulino Alcántara quien inauguraba la cuenta azulgrana.
PICHICHI FUTBOLISTA NO EXISTIÓ
                Por cierto que hablando de primer gol, fue Rafael Moreno Aranzadi, nacido el 23 de mayo de 1892 quien lo marcó en el San Mamés que se acaba de derruir. Campo que se inauguraba el 21 de agosto de 1913, jugando el Athletic contra el  rival local, Racing de Irún.
                ¿Y quien fue Rafael Moreno Aranzadi?. Un chaval que desde muy jovencito ya quería jugar con los mayores y estos le llamaban “pichichi” que, por lo visto, era una manera de decirle, con cariño, renacuajo o enclenque. Y con los mayores –siendo todavía” enclenque” y con su tradicional pañuelo blanco, de cuatro nudos, en la cabeza-  inauguró el marcador de San Mamés y así ha pasado a la Historia, hasta el punto de que ese calificativo da lustre, cada  año, al máximo goleador de la Liga española.  Y que la estatua erigida  en su honor ha sido cita ineludible para quienes visitaban por vez primera San Mamés, obligados por la tradición, a rendirle pleitesía.
                En todo caso, acabo. Estos últimos años parece que las cosas han cambiado. Pero, por lo que pudiera ser….¡atento Neymar!.  Después de todo, la Historia es la ciencia de los hechos.