martes, 30 de agosto de 2011

Al comadreo le llaman "Orgullo Nacional"


El Real Madrid jugó bien en Zaragoza. ¡Aplausos! Goleó claramente y con justicia. ¡Más aplausos! Mourinho le puso agua al vino y habló repetidamente de las bajas zaragocistas y de la manifiesta inferioridad que presentó el equipo maño, debido a esta circunstancia. ¡Inaudito! ¡Nuevo! ¡Desconocido!. Raro, muy raro….No va a durar mucho.

Los que si están en su camino son los de la “caverna mediática”. Pocos días antes el Barça ganaba la Supercopa de Europa. Y todavía hoy, a pocas horas del debut liguero de los actuales campeones, ante el Villarreal, mantienen y repiten y que lo más importante de aquella final victoriosa en Mónaco es…que Cesc Fábregas se anudó al cuello una bandera independentista. ¡Tremendo!.Incluso piden formalmente –bueno…- que no vuelva a lucir la camiseta de la Selección Española.

            Es penoso y muy triste que este puñado de impresentables sigan en sus trece emborronando todo lo que huele al F.C.Barcelona y a Catalunya. Si, escribo CataluNYa. ¡A ver si me van a echar de España!. Cierto que hay separatistas. Pero son infinitamente más los separadores.

            Cesc ha pedido perdón a quien se sintiera ofendido, añadiendo que no sabía que aquella bandera con una estrella era independentista. “Creía –matizó-que era una bandera como todas!. “ Está en su derecho de obrar así, como lo estaba si el hecho de pasear aquella bandera hubiera sido con pleno conocimiento de causa. Que yo sepa esto no constituye ningún delito. Si lo es, en cambio, lucir, pasear y aplaudir banderas españolas con el viejo aguilucho y alguno de estos impresentables lo hace. Y lo aplaude.

            Feo es, también, emborronar la enseña nacional con la figura de un toro publicitario. No es delictuoso pero si una falta de respeto. Y para que quede claro: yo no soy antitaurino, ni mucho menos.

            Que piense cada cual como le dicte su conciencia y sus ideales. Mientras no incurramos en violencia, de ningún género, tenemos, todos, el perfecto derecho de hacerlo. Y que no venga ningún francés de medio pelo, que adora el escudo del Real Madrid como se adora a un dios pagano, a darnos lecciones de nada. Nada ni nadie le faculta para ello.

            Es realmente asombroso lo pronto que basta un chisme para distraer la atención de lo que  realmente importa. Yo soy un escéptico pero, visto como va el mundo, ya empiezo a dudar de mi propio escepticismo…



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