Si Miguel Ángel Valdivieso y los hermanos Fernández Abajo, José Luís y Juan Antonio pudieran ver lo que está pasando con el fútbol español y las emisoras de radio, volverían a irse, sorprendidos e indignados, allá Arriba. Aquí lo vive otro maestro, José Félix Pons a quien supongo tan indignado e incrédulo como todos.
Resulta horripilante que la LFP se doblegue ante las pretensiones de algún personajillo que se cree el rey del mambo y que va diciendo por ahí que el fútbol es suyo. Las transmisiones radiofónicas le han dado mucho a ese fútbol. Mucho más de lo que han recibido. Han publicitado este deporte ayudando a que muchos se hicieran millonarios: jugando, unos; especulando y traficando presuntamente con canonjías y sisas más o menos confusas, otros.
He hablado con varios futbolistas. No están de acuerdo con la negativa de la LFP , pero callan públicamente por solidaridad con su Patronal. Y el enojo, en la calle, es total. No hay respeto para las personas mayores, los niños o aquellos que están enfermos y que solo pueden seguir los partidos a través de las ondas. Son miles y miles. Millones. Las radios han llevado a sus domicilios, durante décadas, el día a día, el minuto a minuto del fútbol. Y el propio fútbol y los futbolistas han aprovechado esta cobertura radiofónica, para ganar, al promover una mayor difusión de este deporte, más y más dinero. Por eso, ahora, cuando algún advenedizo, ordena y manda el silencio radiofónico, obviando, entre otras muchas prerrogativas adquiridas, el sagrado derecho a la información, el público se rebela. Es un abuso desmedido que la Patronal quiera paliar el tremendo déficit y las deudas horrorosas, propiciadas, más que nada por una mala gestión deportiva y administrativa de miembros a los que esa misma Patronal, defiende. Patronal que tiene, al frente, algún indigno representante que ha sido directo responsable, en un pasado muy reciente, de la ruina y asolamiento de diversos clubes. Y ahora, ese individuo y algún otro como él, principales causantes del zarrapastroso estado de nuestro fútbol, quieren que lo arregle, como siempre, el pueblo llano, que en este país viene siendo el que acaba pagando cualquier calamidad causada, como es habitual, por unos pocos ignorantes y desvergonzados, capaces de transgredir, con total impunidad, cualquier límite de tolerancia.
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