Rafael Nadal es, sin duda, el mejor tenista español de la Historia. No hay duda. Durante años hemos estado disfrutando, en la pista primero y en el recuerdo después, de la magia de Santana, la clase de Orantes y la facilidad para todos los golpes de Andrés Gimeno. Y aquellos mosqueteros, espléndidos, como Joan Gisbert, “Lis”Arilla…Y de las proezas posteriores de Emilio Sánchez, la aparición, esporádica, como números uno, de Moyá y Ferrero, el Master de Corretja, los Roland Garros de Bruguera y esas maravillas que para nuestro tenis femenino supusieron Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez….No nos podemos quejar. No señor.
Y llegó Nadal. ¡El más grande! Con el, Paris fue un fortín. Australia, dejó de ser una quimera. Y cayó, por fin, Flushing, que hasta entonces tan solo había conquistado una raqueta española: la de Arantxa. No confundir Flushing con Nueva York…Porque en la capital del mundo por excelencia, ya habían ganado Santana y Orantes. Pero en otro escenario mítico: Forest Hills.
Yo también admiro y aplaudo a Rafa Nadal. Pero antes de que cumpliera 18 años comenté que muy probablemente dejaría el tenis de alta competición, más o menos como Borg: poco antes de cumplir los 27 años. Creo, honradamente, que es casi imposible jugar con la generosidad que lo hace el manacorí, hasta los 30 años, esa frontera que, en general, aplicamos a la mayoría de los deportistas. Rafa debe ganar un punto, cuatro, cinco o seis veces. Y a Federer, por ejemplo, le machaca el revés, con bote alto y algo pasado, que acaba propiciando el error del helvético, al que es capaz de sacar de sus casillas. Pero esto requiere un gran esfuerzo.
Nadal acaba de confesar :”Nunca tendré un buen servicio”. No cabe duda de que lo ha mejorado mucho. Muchísimo. Pero le ha costado más de una lesión en los abdominales. Sus tendones rotulianos, sufren una enormidad. Las rodillas se resienten. Aguantan los isquios pero no tanto la zona del peroneo lateral corto y los tendones de Aquiles. No hablo de condiciones técnicas , por ejemplo, que las tiene y mejora constantemente. Borg se retiró psíquicamente agotado, multimillonario, dueño de una isla frente a Estocolmo, de un avión particular, protegiendo, en Mónaco, su inmensa fortuna –l6.000 millones de las antiguas pesetas, que luego perdió, pero esta es otra cuestión- en el paraíso de Montecarlo. También era generoso en el esfuerzo físico, como cuando ganó un Godó con 40 grados de fiebre. Se fue como Rod Laver, con 11 coronas de Grand Slam. Comenzó la comparación entre el sueco y el australiano: ¿Quien ha sido el mejor de la Historia ? Nuestro Nadal ya está ahí…Pero, ¿aguantará su cuerpo?. En el ínterin aparecieron otros monstruos como Sampras y Federer, por ejemplo.¿Quién ha sido el más grande?. El panel de candidatos ha aumentado. Djokovic justo comienza ahora. Veremos…
Si el mallorquín sigue jugando al más alto nivel cuatro o cinco años más, reconoceré que me he equivocado en mi pronóstico. En mis temores…Y puedo asegurar que no habrá nadie más feliz que yo.
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